sábado, 2 de junio de 2012

Lapis


Sueños reiterantes, recurrentes, reclamantes,
regresan cada instante y su recuerdo
invade la memoria, el impulso ahogado
de ser quien soy... Reincidentes, subyugantes
de las fuerzas del Alma hundidas en lodo,
te dejan solo, en el trance de deseos
donde no eres ya quien viste,  ni quien puedas ver.

Reflejos del saber sin horizontes,
que la Amante no sepa donde ocultas tus piezas
y que siga el rumbo libre de sus pasos.
No digas a nadie donde ocultas la Piedra,
ni a quien en tu locura revelaste sus secretos
porque el Alma, amigo mío,
con su soga de sombras invisible al cuello,
camina entre Espejos sin saber ya quien fuiste,
ni quien puedas ser.